POR: KARINA SACERDOTE (ARGENTINA) TODOS LOS PÁJAROS QUE VIMOS/ TES NEHUÉN (ARGENTINA) LA CASA QUE SOY

 


Conocí a Tes por sus reseñas. Cuando llegué a Málaga, le envié mi novela Monoblock. Ella, generosa como es, escribió sobre mi libro. 

Siempre digo que ser poeta es más bien una forma de ver el mundo, de ver la vida, de verse a uno mismo. Yo ya sabía que Tes era poeta desde mucho antes de enterarme de que escribía poesía. No me asombró que sus versos fueran tan geniales, en cierta forma lo esperaba, lo que me emocionó fue que su libro “Todos los pájaros que vimos”, me tocó el alma desde el primer verso.

 El poeta escribe y, en realidad, no importa porqué ni el para qué lo hace. Sus palabras salen hacia otros, entra en los huecos, descifran las carencias, acarician los costados. De un mismo poema hay tantas significaciones como receptores, y esa es la maravilla de la poesía. 

En “Todos los pájaros que vimos” el lenguaje es para Tes un ave fénix para resucitar del dolor. El fuego quema y purifica, cauteriza las heridas, cura y duele, abraza al dolor. Bumbum, su creación, un otro yo nuevo para ver el mundo sin el sufrimiento a cuestas. 

Tes recurre al fuego como herramienta de depuración para reescribir la historia. Reconstruirse a través de Bumbum que es puro corazón, que tiene ojos de fuego. Quemar el pasado y caminar hacia el futuro.

Tes dice con sus versos que cuando el frío es tan profundo, nos cuesta entender que seguimos vivos. Bumbum, su monstruo bueno, es la herramienta perfecta para alejarse y ver desde otro lugar. Y es que la frialdad destruye más que un incendio, es médula que nos aparta de la vida. De esa frialdad, de esa orfandad intuyo que nace “Todos los pájaros que vimos”. Al menos ese es el lugar que hizo nido en mí.

Tes nos descubre que la vida es también la herida. Estos poemas son el mecanismo que utiliza para responder incógnitas existenciales: para qué nacer y por qué morir. Recorre sus sentimientos y comprende el valor de la esperanza. Encuentra la llave para reaprender las despedidas. 

Una torcacita rescatada, un amoroso catálogo de pájaros, Bumbum, la naturaleza misma, conforman el lenguaje de su poesía, y es imposible quedar indiferente ante tanta ternura y tanta belleza.


PRACTICAR  


en otras vidas 

los huecos de la

propia. Tus

ojos-chispas

para escribir  


(aquí)   


el miedo de mi

infancia. Como un

fuego que arrasa

otra vivienda o el

dolor de la espina

en un dedo

distante.  


Depositar

en otro  


(en ti)  


toda esta ausencia y tejer

un atajo sin herida al pozo

blanco del primer poema.  


Porque me resisto a creer

que haya sido sobre esta

piel todo ese invierno.  


Que la huella en otra criatura  


(o sea, en ti)  


borronee el límite del duelo inventando

una nueva conciencia de lo vivo.  


¿Podré con estos mismos huesos

amasar otro lecho sin cicatriz?  


HAY UN OGRO DIMINUTO  que

mastica mis vísceras y me

recuerda a cada instante lo que

falta, aquello que sé que nunca

será mío  


(ni nuestro).  


Y pienso en las palabras que me dice que me diga:

detrás de todo gran miedo hay una herida

purulenta.  


Trauma que se agranda, vida que se achica.  


Busco entre las hojas una palabra que me salve,  


(que nos salve)  


y surgen de la noche los nombres del naufragio.

Si hubiera sido otra cosa, una piedra, la caverna

del oso en verano, por ejemplo, ¿habría

perdonado el desamparo?  


(¿habríamos confiado?)  


MIRLO COMÚN  


Sobre una fruta madura el pájaro toca el cielo.  


Los nísperos no serán para nosotros

esta vez. Día a día, hueco a hueco, los

mirlos se comen la alegría de este árbol.  


Bumbum está de fiesta:  


¡Picarón! Nosotros, las manos en la tierra 

para darte en bandeja el fruto del esfuerzo.   


El pájaro no lo mira.  


Sobre una fruta madura la obsesión

asciende de color amarillo en su

cabeza. El mirlo tiene un canto

melodioso, la flauta dulce que dibuja un

pentagrama en la tarde de invierno.

Cuando aún no hay canto sobre el

monte, el mirlo eleva su dulzura.  


Toda la sierra le pertenece. La primavera

asoma y el mirlo ha descubierto nuestro

níspero.  


Dulce fruta para alumbrar polluelos.

Después de la muda serás negro como el

ónix, y traerás más luz a este campo en

llamas.


TES NEHUÉN / Argentina, 1983. Poeta y periodista literaria. Creadora del blog Bestia Lectora, donde realiza reseñas de libros y entrevistas a escritoras y escritores. También colabora en los sitios Cuento VoladorGalerna Estudio y Poemas del Alma. Recientemente publicó el libro de poemas Todos los pájaros que vimos 2022.


KARINA SACERDOTE (Buenos Aires, 1971). Poeta y narradora. Participó de varias antologías nacionales e internacionales. Fundó y dirigió Revista Axolotl, Literatura y arte en lo profundo. Formó parte de La Abadía de Carfax, círculo de escritores de horror y fantasía participando en las tres primeras antologías.

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