GLADYS RAMOS/ ROSTROS DE LA POESÍA VENEZOLANA/ LA CASA QUE SOY

 

Gladys Ramos/ Maracay, estado Aragua - Venezuela   


REGRESO DE LA NOCHE


Regreso de la noche

Me dispongo

a perseguir la flecha

que clava el amanecer

a la eclosión de canas 

del desteñido otoño

de mi cabellera

Me gusta esta hora pura

y abierta. En la ventana

un girasol Me mira 

con su ojito amarillo

Observo a todos lados, 

reviso puertas´

cerrojos

busco

debajo de la cama

Me doy cuenta que mi habitación

no está vacía

me acompaña la soledad

mi compañera tirana  

Me acostumbre a vivir con ella

bajo  pacto de obligación

no vencida

A veces se sienta a mi lado

muy callada

Otras se comporta cruel. 

convoca

a una jauría de lebreles 

hambrientos

para celebrar su onomástico

sin fecha

Revive el bautizo de su nombre

entrelazado entre sol 

y edades que se marchan

Enciendo una fogata.

doy manotazos. No quiero

que me muerdan

Pido auxilio a la nada

la nada no responde

Mi compañera me castiga

me niega el cansancio

me somete

me amarra

Jura que me ayudará a diseñar

el proyecto de un sueño

Me habla al oído. Es mentirosa

recoge mis papeles 

con tachaduras y borrones

Los mastica.

los escupe

y los lanza al pote de basura

del olvido

Mientras dura la luz del ciclo 

diurno

me doy cuenta que mi compañera

con premeditación, ensañamiento

y completa alevosía 

se esconde

debajo de la funda de mi almohada



El SONIDO DEL VIOLÍN

Sácala  de tu cofre interior, renuncia a la tristeza
no permitas que la pequeña ausencia se convierta
en el sonido del violín  con una sola cuerda
La lágrima que rasga tu pecho es el proyecto
de la perla que se convertirá en alhaja 
para adornar
la memoria  inexplorada de lo  incierto
El recuerdo es la gracia infinita que nos regala
un Dios que a veces aparenta estar sentado 
de espaldas a la cima del dolor  humano
y el rayo de sol que arropa la frialdad 
de tu escondite
se hará  curtiembre para proteger tu piel
de los deslaves
Sientes ahora el silencio insoportable a veces
de la vida?  Ignora su mirada torva
su incapacidad para estremecer tus tímpanos
ansiosos de escalar de las notas musicales 
de las voces  ocultas
Busca ahora donde esconder  el silencio
mientras encuentras de nuevo la nota
que falta
En tu violín de una sola cuerda


El CARACOL DE VIDRIO

El señor del sombrero de  platino 
y armadura útil  para su faena
me ofrece una frase inexorable:
“Es necesario dejar que el agua fluya
sobre la piedra que tallaste
con un nombre ficticio”
El canto del río está lejano
no puede crear notas en el cauce
Frente y espalda en lo eterno
las estaciones extraviadas
combaten sin sentido
sin final
sin permanencia
y nos convierte en mendigos
esperando una voz que se diluye
en la noche con  su tambor 
de selva solitaria
Es mejor quedarse  en una esquina
del tiempo
contando huesos fracturados
en derrota
No se puede  dar vuelta atrás
a las horas del reloj 
que nos castiga con su fiel
minutero 
Y es imposible  escribir un nombre
sobre una piedra   Que no podrá
Llegar nunca 
a la desembocadura
Mejor es buscar en otras playas
al caracol de vidrio 
y pedirle su concha para encerrar 
el nombre del señor 
del sombrero de platino
El caracol me ofrece su cuenca. 
Habitación segura
con  caballitos de mar como
guardianes. 
El caracol transparente
es mi cómplice callado 
Y me sonríe



Gladys Ramos/ Maracay, estado Aragua - Venezuela.  Ganó el primer premio en el Concurso Orígenes del diario El Aragüeño (1980). Publicó el poemario Tiempo de pájaros caídos (Ediciones del Concejo Municipal de Girardot). Figura en el libro digital Pasajeras: antología del cautiverio y en Hacedoras, la compilación realizada por Les Quintero y Graciela Bonnet en la editorial Lector Cómplice. Tiene un poemario inédito: Donde la piel se hizo silencio.

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1 comentarios

  1. Excelente. Ha sido un placer leer tus poemas. Un cordial saludo desde z Formosa, Argentina

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