EDEL MORALES/ ROSTROS DE LA POESÍA CUBANA/ LA CASA QUE SOY
VIENDO LOS AUTOS PASAR HACIA OCCIDENTE
En las pequeñas ciudades del centro de Cuba
las calles, habitualmente bulliciosas y dulces,
se quedan vacías en los meses de invierno.
Yo he vivido esa pesada quietud.
Los estudiantes se han marchado a descubrir el mundo
y una paz, una extraña y larga ausencia,
llega hasta las paredes y penetra al interior de los edificios.
Los clubes, las casas de cultura, los campos deportivos,
semejan un set, cuidadosamente preparado,
que espera el regreso de los actores para continuar la filmación.
En las pequeñas ciudades del centro de Cuba
todo es ausencia y espera en los meses de invierno.
Yo he vivido esa pesada quietud.
Noches de febrero en la esquina vacía de Libertad y Paseo,
viendo los autos pasar hacia Occidente.
Como quien ve a una muchacha de piel muy limpia y cabellos negros
pasar gustosa hacia otro hombre.
CORTE DE LUZ
Toda la noche la casa ha estado vacía.
Viajaba en esa oscuridad:
Babilonia, Atenas, el Cuzco
(ciudades que invitan a vivir otra vida
en calles trazadas para el ejercicio y el goce del amor).
Echado en la cama durante toda la noche
mira al techo vacío de la casa:
es blanco y está totalmente limpio de significados.
Pero hay tanta promesa de vida en la contemplación,
tanta posibilidad en las preguntas
que la incertidumbre y la blancura de un techo aceptan.
Barcelona, Buenos Aires, La Habana
(ciudades que ha visto pasar desde siempre
en el tiempo de la meditación que impone una casa apagada
—ni demasiado suyas, ni demasiado ajenas, ni demasiado iguales),
invitándolo a vivir una vida distinta
en calles trazadas para el ejercicio y el goce de la libertad.
Las mira desvanecerse mutuamente
después de habitar en ellas durante muchas horas.
Sabe que volverán en el próximo corte de luz.
Como vuelve en el techo iluminado de la casa
el tiempo de la realidad y de la poca acción.
EL LARGO JUEVES
T
O
D
O
el largo jueves
en tertulias por El Vedado;
luego, pasar a verte
—es posible, el jueves, ya tarde,
pasar a verte— es posible,
un beso, un gran beso en la boca morbosa,
el jueves —una hora de jueves,
para arreglar el mundo—
(siempre)
antes de
la noche larga
el largo día pretencioso y mísero
(siempre)
arreglar el mundo,
construir un Jardín, un parlamento bonito
en tertulias por El Vedado
—misión imposible—
(siempre)
la tarde viciada,
la trilzura achicada de la tarde
en el largo jueves de pasar a verte
a una hora ajustada
(siempre)
con el sabor del café en los labios
con el limpio aroma de las muchachas en flor
que llega y se instala
y que también se extingue
(siempre)
SMART TEXT EDITION
Con José Lezama Lima, Ángel Escobar y el Gemelo Lector.
1
Tan sencillo como mirar
(el paisaje) al otro lado
y hacerlo de una vez.
Saltar desde el muro al espejo,
al abismo, a la pantalla.
Cambiar el modelo.
Lo escuchas (decir) en la calle,
en las redes (más pobladas) de la web,
en las conversaciones (íntimas)
del gemelo Lector, tu otro yo.
Esto apenas comienza
y en los días por venir (todo)
cuanto conocemos cambiará.
El nivel de las aguas, el valor de los datos,
las relaciones jerárquicas.
Lo escuchas entre la multitud del estadio
y otra vez en la euforia del concierto:
No es fácil, pero tampoco difícil.
2
Es el nuevo paradigma.
Un (eficiente) motor de búsqueda.
Todo pensado para (inducir) la viralidad.
Todo previsto para (satisfacer) algoritmos.
Como (alguna vez) fue ordenado:
Todo para (armar) el frente.
Para que se quiebre el (antiguo) sistema.
Es cuestión del orden, el poder, el dinero.
Es cuestión del caos, el cálculo, la suerte.
Nada infalible o seguro. Nada libre de intereses.
Es cuestión del duende. Es cuestión de las palabras.
Fragmentos que puedes situar
en el cosmos de tu imán:
Primero desaparecer, después meterlos en la tierra.
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