BROTE POÉTICO: KEPA MURUA / PAMA POESÍA A MANO ALZADA/ NOCHE DE LETRAS 2.0 (ARGENTINA)/ LA CASA QUE SOY (VENEZUELA)
Kepa Murua nació en Zarautz, País Vasco, en 1962. Es autor de los libros de poesía: Abstemio de honores, Cavando la tierra con tus sueños, Siempre conté diez y nunca apareciste, Un lugar por nosotros, Cardiolemas, Las manos en alto, Poemas del caminante, Cantos del dios oscuro y No es nada, entre otros. Ha publicado, también, obras de ensayo como Del interés del arte por otras cosas, La poesía y tú y La poesía si es que existe, así como varios libros de artista, entre los que destacan Cuando cierras los ojos, Itxina y Flysch.
Su voz literaria llega en esta oportunidad de la mano de un grupo de poemas que llevan su sello, uno de los cuales muestra su impronta política y combativa.
Brote poético
Brote poético” es un especial realizado por “PAMA” (Poesía A Mano Alzada. blog), “Noche de Letras 2.0” (podcast literario/cultural) y “La casa que soy” (blog). Es momento de trabajar juntos, en todas las áreas y esto incluye a la literatura. Si la pandemia algo nos enseñó es que los vínculos ayudan a sostenernos, crecer y multiplicarnos. Con esta filosofía es que nació “Brote poético” una convocatoria que busca dar a conocer a varios artistas internacionales, los cuales están atravesados por las letras.
Entre los artistas que forman parte de la convocatoria se destacan: Kepa Murua (España), Pedro Arturo Estrada (Colombia),Jorge Boullosa (Venezuela), César León – La Daga Oxidada (Venezuela), Carmen Alida Méndez (Venezuela), Humberto Roa Aguilar (Venezuela), Don Cellini(Estados Unidos), Beatriz Peñaloza (Venezuela), Amanda Reverón (Venezuela), Leandro Murciego (Argentina), Daniel Quintero (Argentina),Jotaele Andrade (Argentina), Miky Poche (Venezuela), César Blanco (Venezuela) y Susana Potente (Venezuela), entre otros.
Ahora que todo el mundo dice que el futuro está afuera,
yo os digo lo contrario: volved, volved,
cambiemos el país de arriba abajo.
Ahora que todo el mundo piensa que las oportunidades están en otros países
y en otros lados, yo os digo algo diferente:
no os vayáis, quedaos,
cambiemos el país de arriba abajo.
Cambiemos si es necesario las leyes.
Cambiemos la manera de hacer política.
Cambiemos entre todos para superar
–pero esta vez para siempre–
la ambición mal disimulada,
la corrupción y la demagogia
que se confunde con el interés de unos pocos,
por lo general, los mismos de siempre.
Ahora que todo el mundo piensa
que hay trabajo en otros lugares
alejados del nuestro, no os vayáis:
quedaos para trabajar por un mundo mejor
por unas ciudades mejores, por unas casas
con las ventanas limpias y transparentes
y unas puertas abiertas a un futuro
más cercano y comprensible.
No os vayáis, volved si os fuisteis
para que entre todos cambiemos el país
y con todo –con poco o con mucho–
aportemos nuestro granito para que cambie el mundo.
Da igual que tengas ochenta, sesenta, cincuenta,
que sean cuarenta, treinta o veinte años,
quédate con nosotros, no te vayas,
vuelve si te fuiste, regresa si te has ido,
que no es necesario marcharse para alejarse del problema
con la intención de buscarse una salida
–por muy aventurera que sea–.
Quédate a cambiar el mundo desde tu casa, tu barrio,
desde tu esquina, tu iglesia o tu trabajo:
a cambiar lo que hace tiempo debía haber sido cambiado
y se nos olvidó hacer
hasta que todo se derrumbó bajo nuestros pies
y nos enfrentó a un espejo
con lo peor de todos nosotros.
Ven, vuelve, quédate, regresa si te fuiste,
cambia, finalmente, junto a nosotros,
que necesitamos de tu cambio
para cambiar esa imagen del espejo
que ha de devolver la dignidad a todos.
Kepa Murua
(Ahora que dicen) -poema inédito-
La pobreza de sentirnos humillados,
sobrios de vida, ebrios por el deseo,
tocados con una vestimenta raída.
La miseria de escuchar nuestras voces
recordando viejos tiempos. Saboreando
momentos intensos y felices caminando entre rastrojos.
De ser adúlteros deslizándose
en extrañas camas. Un beso con la lengua
de una devoción compartida, pero triste.
El precipicio de la furia, el abismo
de nuestro pulso cuando despertamos
con el sexo humillado entre las piernas.
La rareza de sabernos huérfanos
en los claros de la noche, entre la luz
y la escoria de nuestros desencajados rostros.
Envejecidos por el viaje osado del tacto
y la nostalgia. Empequeñecidos como todo placer,
que inhumano, aparece y desaparece, en un instante.
Como la vida misma que en gestos prohibidos
se descubre a solas y sin palabras
uniendo su desnudez al irreconocible aliento.
El alma combada hacia la tierra.
Los dientes largos. Y el recuerdo desnudo
de un abrazo imperecedero sobre el frío suelo.
Kepa Murua
Autorretrato con sueño
Para conocer más sobre la obra de Kepa Murúa podés ingresar en su sitio web (clic aquí)
0 comentarios