ALEXÉI TELLERÍAS/ ROSTROS DE LA POESÍA DOMINICANA/LA CASA QUE SOY
*
Nineteen sixty five
“Fuego, fuego,
el mundo está en llamas
fuego, fuego
los yankis quieren fuego”
Roy Brown.
Son las tres de la tarde in old Santo Domingo,
y están tirando desde los Molinos.
Las ruinas de la antigua aduana exhalan el infierno criollo.
El sol se maravilla de sí mismo en el cristal del río
y un rifle se esconde entre los silos al lado de la capilla colonial,
apuntándole a cualquier cosa que se mueva del otro lado.
Al este del Ozama se divisa todo.
Las casas, los techos, los edificios, las trincheras
el reloj de sol, las calles, las murallas, la antigua atarazana,
el alcázar y sus piedras impactadas por las balas,
la fortaleza sin cascos blancos
que den macana al pueblo en las manifestaciones,
el puente donde hace apenas unos días Wessin pidió cacao
para luego ir a esconderse bajo la falda de mister Johnson
“Papi, me dieron, ve y dale con la correa”.
(fuego, fuego,
los yankis quieren fuego)
Son las tres de la tarde in old Santo Domingo,
el mar de espejitos en las azoteas reflejan un calor insoportable
la rebel zone parece rendida ante la mira del cañón
listo para vomitar surcos de plomo sobre el próximo blanco.
Trujillo murió hace poco
But we don’t want another Fidel near Miami.
(fuego, fuego,
los yankis quieren fuego)
Son las tres de la tarde in old Santo Domingo,
Una sombra camouflage descansa en lo alto de Molinos Dominicanos.
Poco importa que se llame Douglas Lucas
o que haya nacido en Indiana, Nashville o Wisconsin.
Son incontables las tumbas en su espalda
su mira telescópica está hambrienta de comunistas.
Otros cielos le han visto accionar su AR-15,
las montañas de Tel Aviv, los fangos de Korea,
las torres de Guantánamo, los techos de Langley.
El reloj no avanza.
En estos días no se fabrica harina
sino muerte,
y las panaderías son almacenes de hambre
para el army de Caamaño.
(fuego, fuego,
los yankis quieren fuego)
Son las tres de la tarde in old Santo Domingo,
no se mueve un alma alrededor.
Quienes lo intentaron
pagaron con sangre la osadía
de desafiar al semidiós en las alturas.
Phil Ochs ladra the starred spangled banner por radio San Isidro,
más tarde lo hará en vivo en el hotel Embajador.
La cocaína no le dejará saber si esto es Puerto Rico or Vietnam
Whatever the hell, its so fucking hot in here or there.
Las botas aprietan,
también el calor
But fuck off, marine es marine,
no lo detiene un microinfierno en una jungla tercermundista,
Aunque ya el VietCong hallará la forma
cuando su lealtad en el servicio lo lleve hasta Vietnam
para enfermarlo allí de un balazo.
(fuego, fuego,
los yankis quieren fuego)
Son las tres de la tarde in old Santo Domingo,
mejor agáchate al pasar.
¡fuego, fuego,
los yankis quieren fuego!
(De “Desayuno de tachuelas y otras masacres literarias”, 2018)
*
En crudo
Voy dejando que la distorsión arruine el poco de sordera que aún pervive entre mis oídos y que mis dedos canalicen todo el amasijo de emociones que se van acumulando con la secuencia de los segundos de un día bizarro. He tenido sueños particularmente raros y respetables. He volado y vuelto a caer entre tierra y ansiedades. Hurgando con las uñas comidas hasta el tuétano y reflexionado sobre las posibilidades de elevar vuelo, maleficando las esferas que se me escaparon de entre los dedos... ¡Sí, los dedos!, alojando esa carencia de uñas que empiezo a extrañar con dolor de parto, al contacto cercano de la piel con la atmósfera. Y mientras todo esto pasa, la misma vibración que me destroza con alegría el cráneo, se pregunta si alguna vez llegaré a volar a la velocidad que mi subconsciente ansía, la misma que me brinda una guitarra desafinada en re menor y que destroza como sierra eléctrica a Britney Spears. No, que no hay nada como una guitarra que llora en clave de death metal.
(De “Cuaderno de Catarsis”, 2011)
*
De lo tácito
“Todavía hay tanto por decir”
Gustavo Cerati
Aprendí a mirar sin mirar
Las añoranzas que descienden de tu cuello
para beberlas de besos y gemidos.
Aprendí,
ahora que mis ojos te contemplan libres,
a desvestirte lentamente mientras bailamos
y fingir que te robo un beso al pie de tu escalera.
Nadie puede vernos,
nadie,
ni los testigos de esta soledad.
Aprendí lo bien que sienta portarse mal,
derribando tu purgatorio a fuerza de ojos cerrados.
La madrugada no se encuentra
Tampoco el brillo de tu mirar.
Hoy descubrí el halo de otros labios
excusándose tras fantasías.
Sube el ascensor,
las excusas para el encuentro se hacen ajenas.
Tu teléfono no conoce el tamaño de mis ansias.
Cualquier oportunidad es propicia,
descender del séptimo cielo hacia el tercer purgatorio,
para justificar las ganas de saludar tus labios
cerrando los ojos hasta rendir segundos.
El ascensor es cómplice,
sabrá esperar hasta que nuestras miradas pierdan la vergüenza
y se escondan tras el redescubrimiento de nuestras salivas,
que no hay un beso más intenso
que aquel que nace con fecha de vencimiento.
Sabemos que su senda morirá
con la próxima llamada telefónica.
Qué importa.
Aquí estamos,
escondidos frente a todo el mundo,
excusándonos en el alcohol,
probándonos,
susurrando alguna promesa carnal al oído
mientras un merengue
retumba azoteas desconocidas.
(De “(Sobre)Vivir”, 2012)
Alexéi Tellerías / Santo Domingo, 1981. Escritor, periodista, gestor cultural, artista multidisciplinario. “La suma de muchas cosas”, como prefiere definirse. Textos poéticos y narrativos suyos han sido incluidos en distintas antologías y revistas literarias en Norte, Centro y Suramérica, Caribe y Europa, siendo la más reciente “Conjugar el verbo arena: poesía dominicana actual” (Editorial Polibea, Madrid, 2019). Hasta la fecha ha publicado cuatro libros, tres de poesía y uno de narrativa.
Coordinador general de El Arañazo, Plataforma Cultural, organización dedicada a la producción y difusión cultural en República Dominicana, con énfasis en literatura y artes visuales contemporáneas, desde su fundación en 2011. También es fundador y slammaster de Poetry Slam ErreDé, colectivo destinado a la difusión y promoción del soplen word en el país. Como artista ha participado en festivales internacionales de performance y acciones individuales en Puerto Rico, la Florida, Costa Rica y República Dominicana.
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