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La Casa Que Soy / Otras voces

Amanda Reverón

 


Aleida vive la poesía como algo inevitable. En su nuevo libro:

Entre mundos sin nombres, revela un cauce profundo de sentimientos cálidos, versa con la misma simplicidad y emoción sobre el paso del tiempo, las nostalgias que permanecen, los cambios angustiantes que la llenan de temor.

El tiempo siempre, indetenible, insoslayable, irreverente. La poeta solo cuenta con el pasado, y con esos mundos cotidianos que ella misma edifica, día a día, frente al desconcierto y la ausencia, frente a la muerte y la desesperanza. Apreciamos esa capacidad de sugerencia que adquieren las palabras "comunes", el lenguaje introspectivo de la poesía que ahonda en el ser. Descubrimos cierta familiaridad con sus circunstancias, gracias a la naturalidad con que describe y alude a los hechos que la rodean. Aleida, nos deja entrever su mundo inmediato, se nos presenta, como si participáramos de una conversación íntima, improvisada: soy el poema, no lo comprendes. /Desde la distancia soy el poema. Soy el poema sin sonido alguno. /Solo el silencio apaga cada latido y sus estrofas declinan en rimas intocables... Como si la poesía estuviese devolviendo una imagen de ella, y la volviera inteligible, como si nos dijera, soy lo que lees, o como para dejar establecida una verdad innegable: Vida y poesía se corresponden, son una misma cosa. Poesía sincera, sin artificios, un diálogo que va impregnado de lucidez y una serenidad extrema, donde no faltará la certidumbre de la muerte, el pálpito de la herida, y donde se entremezclan dolor, ternura, inconformismo, determinadas realidades que quieren mostrarnos su instante de eternidad.


En lo puramente estético, la lírica de Liraldi se caracteriza por lo directo, por su claridad, es fácil apropiarse de ella y apreciarla, no la atraen la poesía altisonante, grandilocuente, cargada de metáforas ni experimentos vanguardistas (de carácter formal o estilístico). Su poesía pone especial atención al ritmo, y es de resaltar la elocuencia de la simplicidad y un afán descriptivista, que encontramos en poetas como Idea Vilariño. También, como en la poeta uruguaya, se perfila en toda su obra un sentido de urgencia, un amargo pesimismo, el sentimiento de pérdida, y la soledad que es otra forma de la muerte. La poesía sirve para crear otra memoria, aunque no se libere del dolor, pero siempre nos regresa a nosotros mismos.


Aleida lo sabe, por eso escribe, sabe que la escritura es lo mejor que tenemos contra la indefensión y el olvido.

Soy anoréxica en la poesía, las palabras me bailan, se pegan a mis huesos.

Escribo con hambre y luego vomito ese infinito como si masticara mi propia soledad.

Avanzan los versos como Líneas paralelas sobre una misma ruta. Versos que poseen la fuerza de lo vivido. Ella, una mujer absurda, que /en continua vigilia, demoniza quimeras. Sola frente al silencio, frente al vacío que la aterra tanto como la soledad, y frente a la vida real. Escribe, como si decir bastara, como si el amor y la memoria bastaran:

El mundo no es ahora lo que será después, estoy lúcida, y me aterra, una mirada palpa todas las sinrazones de alegrías borradas, de esperanzas inútiles, ausencias sin retorno.


Estoy despierta, despierta, en larga pesadilla.

La escritura de Llirialdi no tiene pretensiones filosóficas, la poeta busca reedificar lo real desde su experiencia incontaminada, desnuda de toda erudición. En este libro, el mundo de la imaginación adquiere preeminencia dentro del ambiente cotidiano, el apego carnal a lo inmediato, el suceder, los sitios, la costumbre, la vida familiar, los recuerdos, los signos de esa convivencia, que van conformando una obra de inusitada coherencia. La realidad con toda su carga provocativa, y su nada profundísima, el yo integrándose: Yo quiero ser verano y morirme de sol, el yo que quiere alcanzar las claridades eternas, y el lugar de todas las revelaciones. Se crea un universo sustentado en vivencias de la más absoluta intimidad, que recoge el testimonio de esa cruenta batalla entre la conciencia y la posibilidad, entre el presente incierto y la esperanza. Quiero abrir esa puerta /donde bailan fantasmas, nos dice y esa puerta es la de la poesía, o la de la imaginación, o el lugar donde las dos forman un todo armónico. Ella, entre mundos sin nombres, que son también los mundos de la imaginación, mundos fluidos e inclusivos, que jamás se juntan, que no se atreve a nombrar.

La poesía no siempre busca la verdad en la belleza. El vacio está por todas partes, la indiferencia y el desamor, la poesía no escapa a tanta decadencia, en ocasiones es imagen y proyección de ese universo de caos y de inestabilidad. Aleida, en conformidad, nos presenta un mundo nada acorde con su deseo de trascendencia. Ni siquiera Artaud presintió el absurdo / como lo hice y... - nos dice-, hoy mi vida es mutismo, es ausencia de tonos, la música de entonces ha quedado desnuda. El verdor del paisaje en donde ahora vivo no /me regala vientos sino extrañas fisuras por /las que se perfilan un sinfin de rumores, esas /pausas distantes de muertos sin sepulcros. Muertos que van tironeando a la poesía en su habitual destino. Aleida piensa en la vida, y piensa con igual intensidad en la muerte. Su poesía está marcada por un nihilismo que no puede disimular, piensa en los muertos próximos que han perdido sus voces huyendo del silencio, en Los muertos amados: en Virginia, Alejandra, Ernest, Vincent, Alfonsina, Salgari, Quiroga, Sylvia, Violeta, Zweig, Celan, Arenas, Rosales y otros miles de ausentes, cadáveres fecundos de quien no conocemos el minuto que antecede al momento subliminal... Un pájaro se suicida en mi propia garganta... nos dice, y es escritura de la angustia, escritura de la imposibilidad: me sentí domesticada. Pensé en Virginia y quise llenar / de piedras mis bolsillos o encender /el horno como Sylvia para acomodar/mi cabeza en él... pero que nadie se engañe, la poesía siempre sera una protesta contra la muerte, al menos Aleida debe entenderlo así, en el libro la vemos pasar de la resignación a la rebeldía, del conformismo a la total certeza. En el poema "Culto de imaginar", que dedica a Idea Vilariño ruega: No mueras con la muerte... No mueras con la muerte, no le /permitas nunca saber todo de ti... y en otro poema, homenaje a Lilliam Moro, dice en sus versos finales: Las poetas eternas permanecen insomnes... porque atrapan el tiempo, /ese enemigo humano cuya magia aniquilan. Las poetas poetas se quedan para siempre, dueñas de un sortilegio. Ellas mueren de vida. Y le creemos, la poesía tiene ese poder, escuchamos el viejo candor de su verdad y esas vigilias redentoras que nos acercan a ese universo de los sueños con su irrealidad verdadera. Porque Aleida es, (como diría el poeta Roque Dalton) de los que luchan por la vida, el amor, las cosas, el paisaje y el pan, la poesía de todos. Y aunque este libro logre expresar lo terrible del drama humano, y aunque se convierta en testimonio del sufrimiento, podemos encontrar en sus páginas siempre una exhortación a la esperanza, como en este fragmento del poema que finaliza este acercamiento:

Cuando parece que el mundo va a morir /cuando parece que lo han encarcelado / cuando se hunde en barrotes de silencio /y derrumba hasta el amanecer. /Cuando escuchamos apagarse los cantos y un tímpano de fuego perfila las palabras, / desnuda los cartílagos, y oscurece el amor.

/Cuando pensamos que Dios se fue a otra parte, despiertan las campanas, reverdece el perdón que necesitamos...

Con la lectura de este libro estamos convidados a una extraña fiesta, esa es la virtud de la poesía, porque la felicidad que pone en nuestros corazones es real, es un fuego que arde, una llama que no puede extinguirse. Estoy segura, que el lector agradecerá a la Editorial Dos Islas, el encuentro con esta poeta que enriquece sin lugar a duda, a esa mixtura de voces que conforman la poesía femenina cubana de estos tiempos.

***





 


El testimonio de vida de Georgina Licea, desde su infancia en Cuba hasta su exilio en Venezuela, ha quedado recogido en La niña del ingenio, hermoso libro ilustrado por Ender Rodríguez.


1

He aquí a una niña que habla desde la ausencia de su tierra, de su isla enclavada en el corazón del mar Caribe. He aquí la voz de una mujer que dice desde sus recuerdos su tiempo en aquella lomita, en el ingenio de la caña de azúcar tan común en Cuba en los días de su relato.


He aquí a una niña que cuenta con muchos años en la mirada y quien narra la nostalgia de su pasado, de su niñez traída a este ahora cuando la memoria sigue siendo el ancla para mantener el alma cerca de sus amores: su isla, el olor de la tierra, los cuentos nocturnos de la cuidadora que era como una segunda madre, el paseo en bicicleta, las palabras y el horario del maestro de la escuela, la voz de la madre y el cielo abierto de Cuba.


Georgina Licea vive en Venezuela desde hace décadas, desde que se impuso en la isla el imperio de esa perversa alucinación llamada revolución cubana. Georgina Licea cuenta desde su casa, desde su solar, desde su lomita que es decir el patio alto donde respiran todas las ilusiones. Georgina canta con su voz porque quien escribe lo hace con la gracia de la inocencia, con la voz de quien dice estar loca, pero con la intensidad de quien sabe que el mundo ha sido dislocado, pero no su pasión por su país y por los suyos.


Los que han experimentado el exilio, el destierro, conforman una gran familia, un inmenso territorio afectivo.


2


Este es un relato donde el poder de la nostalgia es superado por la manera de decir el pasado: se trata de un relato tan personal que se convierte en la historia de todos, porque los que han experimentado el exilio, el destierro, conforman una gran familia, un inmenso territorio afectivo que crece en memoria, en aliento para quienes en estos nuevos tiempos reciben el mismo castigo, el de ser expulsados de la matriz de su madre tierra y expuestos como rostros que serán reconocidos con el pasar del tiempo como nuevos ciudadanos. En este caso, como venezolanos que aún conservan y conservarán en el alma el acento, las costumbres y los colores de su nacionalidad.


3


Quien lea este libro de Georgina Licea podrá identificarse plenamente con su legado: viene de Cuba, vive en Venezuela. Se trajo de Cuba el olor de la hierba recién cortada, el sabor dulce de la caña, el ritmo de sus bailes, el son de quienes danzan con el tiempo y con el aire.


Quien escribe este libro sigue siendo cubana. Su identidad está anclada en la memoria. Su labor ha sido desplegada académicamente en Venezuela. De manera que se trata de una niña que habla desde una edad provechosa, una edad vivida, para seguir siendo la niña en la bicicleta de varón que le regaló su padre allá en su provincia insular.


Al comienzo de su testimonio dice:

Tengo sesenta y cuatro años, porque “ellos” lo establecieron así. Ya no soy cubana, soy venezolana. Es mi nueva identidad...


Todos los años de la llamada revolución son los años que calza esta niña en Venezuela, que hoy nos habla desde su experiencia como memoria que es, desde la nostalgia, la tristeza, pero con la fuerza necesaria para continuar relatando su vida, su paso por esta la otra tierra, la que la cobija, la que la abriga y hace posible sus palabras en un bello libro.


4


En el prólogo de esta edición Virginia E. Aponte señala lo siguiente:

Cuando contamos una historia el dolor se vuelve más llevadero y la nostalgia se hace abrigo que nos arropa, con un dejo de tristeza que permite volver a lo perdido.


Con cada palabra de Georgina Licea de este libro, ella retorna a Cuba. Recorre con la mirada cada rincón, cada cañaveral, cada sonido de la molienda.


Por eso, a pesar de que se estableció en Caracas con su hija, los recuerdos continúan siendo parte de esos espacios donde la niñez se paseó con los amiguitos en dos ruedas sobre la tierra de sus ancestros.




No es fácil escribir un prólogo para un libro que se defiende solo. Quizás lo más adecuado sea invitar a los lectores a dar vuelta esta página ahora mismo y disfrutar de Jauría sin preocuparse por mis palabras.

Al ver que este prólogo continúa, sin embargo, algunos probablemente quieran seguir leyéndolo. Quienes entran lentamente en el mundo que propone un libro nuevo, quienes se sienten cómodos en este umbral que se ubica entre la tapa y los primeros textos, quizás encuentren aquí algo para rescatar, algo que los guíe para sumergirse en la lectura de otra manera.

A ellos puedo decirles que estamos acostumbrados a dar respuestas rápidas a preguntas que parecen poco relevantes. Si nos preguntan, por ejemplo, a qué se dedica un escritor, es probable que esbocemos una sonrisa burlona. Porque parece obvio: un escritor se dedica a escribir. Sí, la verdad es que un escritor se dedica a escribir. Pero es solo una parte de la verdad.

Un escritor también se dedica a no escribir, a dejar vacíos en el texto, a invitar al lector a llenar esos vacíos con lo que quiera, con lo que pueda. Entonces el lector se involucra y se convierte, casi siempre sin darse cuenta, en coautor del texto. Ese trabajo de creación paralela que realiza el lector, se llama textualización. Cuanto más espacio deja el narrador para que el lector textualice, más rico resultará el texto. Como sucede a veces al salir del cine, diferentes personas textualizan a su manera, y el resultado es que una misma historia es, en realidad, un mosaico de diversas historias posibles.

por qué un personaje se va, por qué otro se calla, qué sucederá al día siguiente.

En Jauría, Hugo Patuto trabaja con gran equilibrio la relación entre lo dicho y lo no dicho. Estos cuentos tienen el poder de no explicar, de dejar que las cosas sucedan, que los personajes actúen, que los finales queden abiertos. Hugo Patuto nos invita párrafo tras párrafo a apropiarnos de sus historias, a vivir en sus escenarios, a hacernos cargo de sus conflictos, de sus emociones, de sus consecuencias. Este equilibrio no es fácil de lograr. El autor corre el riesgo de que su texto resulte incomprensible, poco intenso, incluso.

Pero Hugo Patuto sabe qué, cómo, cuánto escribir. Y así lo demuestra en esta Jauría que leemos con placer un día y nos sigue rondando para siempre.

***


 


1.-


Patio en siesta;

lo simple es privilegio—

trepa buganvilla.


*

Αυλή σε σιέστα,

το απλό είναι προνόμιο -

αναρριχώμενη μπουκαμβίλια.



2.-


Brote en vereda;

la vida se renueva

simple parpadeo.


*

Βλαστάρι στο μονοπάτι,

η ζωή ανανεώνεται 

απλό βλεφάρισμα .



3.-


Hoja que roza;

el encubrimiento

enciende el verso.


*

Φύλλο που αγγίζει,

η απόκρυψη 

ανάβει το στίχο.



4.-


Flor en barranco,

primavera en filo;

placer que ciega.


*

Λουλούδι στη χαράδρα 

άνοιξη στη κόψη ,

ηδονή που τυφλώνει.



5.-


No me comprendas;

ilumina este patio

ipê de luz.


*

Δεν με εννοείς ,

φώτισε αυτή την αυλή 

φως .


**

Del libro inédito Doble oscuro jaguar negro

*

Από το ανέκδοτο βιβλίο "Διπλά σκούρο τζάγκουαρ μαύρο"


***





1.-


Y le dije;

canta otra vez

y el zorzal voló


*


Και της είπε :

 τραγούδησε ξανά 

και η τσίχλα πέταξε



2.-


Otro invierno

Aún siento las manos de mi madre

calentando las mías


*


Ακόμη  ένας χειμώνας

Ακόμη αισθάνομαι  τα χέρια της μητέρας μου

να ζεσταίνουν τα δικά μου



3.-


De puntitas

el sol de mediodía

sobre las flores


*


Ακροπατώντας

ο ήλιος του μεσημεριού

πάνω στα λουλούδια.



4.-


¿Cómo es qué caben

en el pequeño estanque

las montañas?


*


Πώς γίνεται να χωρούν 

στη μικρή λιμνούλα 

τα βουνά;



5.-


Metí a la casa

con tan solo una flor

La primavera


*


Έβαλα στο σπίτι 

μ'ένα μόνο λουλούδι 

την άνοιξη


***





 


* "Párvulas Certezas" de la Editorial Los Libros del Mississippi. Ilustraciones de Rosi Vidal.


1.-


La brisa ansiada 

acaricia los senos 

en los abriles


*

Το ανήσυχο αεράκι

χαϊδεύει το στήθος

της νιότης .










2.-


Invierno crudo

apremian los geranios 

en las ventanas.


*


Δριμύ χειμώνα

δεσμεύουν τα γεράνια 

στα παράθυρα.









3.-


¿Para qué tanto?

si en las primeras luces 

el gallo canta.


*


Γιατί άραγε τόσο πολύ !

με το πρώτο φως της μέρας 

λαλεί ο πετεινός.








4.-


La anciana afable

habla con los gorriones

entre la gente 


*


Η καλοσυνάτη γριούλα 

μίλα με τα σπουργίτια 

μέσα στον κόσμο .








5.-


Vanas promesas

se recrudece la ira

crece la morgue.


*

Μάταιες υποσχέσεις 

μικραίνει η οργή 

μεγαλώνει το νεκροτομείο .









***





 


Lena Hochmann (Yoyiana Ahumada)


1.-


Tu andar encorvado

oración en el vacío

Guardiana del fuego


*


Το καμπουριασμένο σου περπάτημα 

προσευχή στο κενό 

Φρουρός της φωτιάς 



2.-


Guardar silencio a medias

Para extinguir el fuego

Para encontrar la voz


*

Να σωπαίνεις στα μισά

Να σβήνεις τον ορυμαγδό 

Να συναντάς την φωνή 


3.-


En algún otro lugar

Escapa a las sombras

Atraviesa el muro.


*


Κάποιο άλλο μέρος

Δραπετεύει στη σκιά 

Διασχίζει τον τοίχο 


4.-


Yo arrullo los sueños

en la trayectoria del sol

anhelo débil


*


Νανουρίζω όνειρα 

μέσα στο μονοπάτι του ήλιου

αδύναμη λαχτάρα 



5.-


Comienza por la noche.

Un escalofrío

charco húmedo


*


Ξεκινά το βράδυ 

Ένα ρίγος 

Υγρός νερόλακκος


***





1.-

Arquitectura

¿Pintura o realidad?

Idea humana.


*

Αρχιτεκτονική

ζωγραφική ή πραγματικότητα;

Ιδέα ανθρώπινη.



2.-

Arriba, abajo

la oscuridad en el ambiente

Anuncia truenos.


*

Πάνω,κάτω

η σκοτεινιά στο περιβάλλον 

 την βροντή προμηνύει.



3.-

La noche irradia

una botella y una nube

suspendido en el agua.


*

Το βράδυ ακτινοβολεί 

ένα μπουκάλι και ένα σύννεφο 

αιωρούμενα στο νερό .



4.-

Sobre el suelo gris

un pequeño bosque

contra la muerte.


*

Στο γκρίζο έδαφος

ένα δάσος μικροσκοπικό 

κόντρα στον θάνατο.



5.-

La mujer está barriendo.

Solo importa el aire

Nadie la está mirando.


*

Η γυναίκα σκουπίζει 

μόνο ο αέρας έχει σημασία 

κανείς δεν την κοιτάζει.


***




 


1.-


Tiemblan las flores

si el colibrí pasa 

cerca de ellas   


*

The flowers tremble

when the hummingbird passes

close to them


2.-


 Danzan abejas 

vuelo de ceremonia  

libando néctar   


*

Bees dance 

ceremonial flight  

gathering nectar   


3.- 


Canto rodado 

río de angustias 

solo escucho 


*

Rolling chant 

river of anguish 

I only listen


4.- 


Emigran aves 

tu niebla Portachuelo  

se precipita   


*

Birds migrate 

your Bolivian fog  

rushes down  


5.-


 Gotas de agua 

charca empozada  

cantó la rana 


*

Water drops

stagnant pond

the frog sang


***




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