AMANDA REVERÓN / VENEZUELA /ANTOLOGÍA POÉTICA "LA DICHA DE LOS ÁRBOLES" / LA CASA QUE SOY

Fotografía /Spyros Analitis / Atenas - Grecia


"...somos bosques (bosques verdes de ilusiones) Transparentes y mudos..." Roger Herrera Rivas/ Octubre rojo -2006



Hay algo que no se palpa en el paisaje
una soledad
          que reniega de sí misma.

Los árboles no siempre callan
 no siempre permanecen mudos.

 A veces se rebelan contra el viento
y sostienen la penumbra entre sus ramas.

Como quien llega
y se yergue en  la espesura
para redimir  
la antigüedad de su oficio


* "...siamo boschi (boschi verdi di illusioni) Trasparenti e muti..." Roger Herrera Rivas/ Ottobre rosso -2006

C’è qualcosa che non si palapa nel paesaggio
una solitudine
che rinnega se stessa

Gli alberi non sempre tacciono
non sempre restano muti

A volte si rivelano contro il vento
e sostengono la penombra tra i loro rami

Come chi arriva
e si erge nella boscaglia
per redimere
l’antichità  del suo compito


Traducción/ Antonio Nazzaro/ Centro Cultural Tina Mdotti
https://www.facebook.com/centroculturaltinamodotti/

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1 comentarios

  1. quizás la poesía de todas las manifestaciones artísticas humanas sea el espacio más libertario pero a su vez el más desolado territorio del decir. Es intimida que en ocasiones ofusca o permea la abertura de una página, el recuerdo de un dolor, la fuga de una herida. no encuentro facilidad en comunicar, siempre hay un golpe bajo del espíritu , un navajazo, como una impronta, una plaga que desea secar la siembra, lo que cultivaste, lo perdido u enterrado en la fosa azul de la memoria, quizás la otra identidad.
    No me hace feliz ni hallo plenitud, empero ,si existe un recogimiento al acercarme a veces místico o cargado de misterio a revelar en el lenguaje algunas preocupaciones como el deseo ulterior de hablar con el o la otra. Aquellos temas que quedaron a la deriva sin contar a amigas acendradas en nuestros espíritus siendo unos párvulos o tal vez hogueras de amor apagadas en la juventud. Uno jamás lo dice todo, siempre una reserva. Cómo me explico, con cuales términos me acerco a la orilla del deseo o a la pronunciación de la muerte. Este comentario me viene a pelo, para sugerir de alguna manera que transitar esos bosques consumieron mi vida y la alimentaron una y otra vez. Puede ser que recorra de nuevo esa senda o bien decida cerrar el paso que se suscite en mí el fulgor de un nuevo poema. Roger herrera R. Caracas, 27 de septiembre de 2018

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