DANIEL MÁRQUEZ RIVERA/ ROSTROS DE LA POESÍA PUERTORRIQUEÑA/ LA CASA QUE SOY
Luna llena en octubre: ritual de iniciación
Mi cuerpo busca el mar
Como el mar se ha abierto durante todos los tiempos
Y busca dentro de cada semilla,
En la misma bota de arena
El reflejo y el estupor
De una vida que entra
En la oleada y en el pensar
Libre de la alborada
Mi cuerpo busca el mar
Como busca mi cuerpo tus besos
Y busca cada madrugada acercarse
un poco más al
Cuerpo doliente pero vivo de la noche
Cuando ese cuerpo revienta entre las paredes
Y las sombras
Que se vierten en la pintura del local
En las hojas abiertas
En los estómagos que viven
Mi cuerpo busca el mar
Como también se abre una marejada en el infinito
Como también yo busco estas sonámbulas horas
Cuando el vino y el cigarrillo
Cuando Dios y cuando la virgen
Cuando entonces los hijos pardos de la madrugada
Se alejan
Y dejan quietas
Todas las pesadillas
Mi cuerpo busca el mar y en esta noche soy libre
Libre
Libre
libre
libre
libre.
CONFIGURACIÓN DE LAS MAÑANAS
El cielo abre sus ojos abismales.
Me siento en una alfombra y miro el azul,
los blancos y neutros colores de la luna,
las estrellas con su añejo vivo y dulce eco,
la eternidad de un saludo,
la mirada en secreto de las hojas
cuando el sonido misterioso de la humanidad
se promete libertades y maullidos en código;
y el autor de los sueños regresa cada vez que somos
una campanada de bocas en la piel, destruyendo los miedos,
solo los amantes de la noche me entienden.
A veces soy un ser que irradia luz,
luz,
esta luz de los tiempos,
esta luz que se compromete a vivir en El Señorial.
Las horas son farolas, las horas y en las horas de nuestras muertes,
enteras son las horas y los segundos son un capricornio en este mundo.
Somos obsequios del lumbral portentoso de los amaneceres.
Se abren las nubes y solo miro vida y truenos verdes en la tempestad.
Fue así el comerse la putrefacción de tus lenguas,
el meterme en el odio irremediable de regiones desérticas
como antes en África
y en la novedad de los mares nuevos
y en el pórtico, y en el Caribe;
donde toda la numen de los astros se hizo ave purísima y concebida sin pecado;
donde los lobos llegan a comer de nosotros, cuando soñamos;
en cuanto a la totalidad del tiempo hay un temblor
que mira,
que me absorbe.
Tanta sangre se perdió en la batalla de Dios
contra los ángeles libertos, aun cuando las estrellas
de las mañanas y los fríos de pensarte en otro mundo
son luces insólitas; son luceros y madres de la contrariedad.
Nosotros en gloria del espíritu // instrumentos del planeta uno
nosotros volamos libres con los minutos.
El diluvio
se rompe en mil canciones.
Así el sonido de los torbellinos
en mis sueños
es hoja mojada
es hija de mi amabilidad.
EL MISTERIO DE UNA ESTRELLA
Una luz visita mis sueños y me inicia en sus colores,
en la historia de los universos y su conexión interestelar;
abre los libros que guardo frescos en la pared,
me busca en el infinito de las hojas verdes y en el calor y el verano.
Cuando me descubre libre, soy libre nuevamente en la maleza
en la profundidad del océano
en el municipio de la amistad, en el hálito de mi sangre
y regresa en mil dimensiones a Magonia, tal vez regresa a un meteoro
que me conoce desnudo y haciéndote el amor en el prisma de las Bermudas,
en el Paraíso, en este segundo que quizás me conoce y que es caverna y amanecer;
así la luz es eterna fugitiva,
como los primeros seres que habitaron la creación.
La iniciación ya no pide sangre pero grita toda su brillantez.
Conversa con la luna, y la luna que sabe a uva es nuestra luna.
La luna se mira siempre como una garganta, como una voz eterna.
LA SERPIENTE QUE DUERME ADENTRO
Veintiuna, así
le dicen a ese demonio.
se conocen de borracheras crecidas, sin atasco,
de una ebriedad rica, del quitasol, del tacto brisa a lo broquel
son dos descifrando el plaf, el mareo fresco.
son dos que buscan compañía. son dos barrigas de serpiente
conversando, afuera, repentinas; se piden maullidos, se hablan.
así son serpientes y se ungieron entre nadie.
cuando encuentran sentencia se amanecen, se mueven a otra estrella,
se desgarran; porque hay rabias maleficios de gente larva, de chispas obsesas,
de muertos del recaudo, de criaturas que viven en pesadillas.
en ellos hay ondas diseñadas perfectamente como pisadas de un embrujo.
en ellos hay grietas, hay rostro, hay hurto pacífico de memorias que
van corriendo descalzas por la cocina, los sofás, por la terraza
donde se miran como lo hacen los niños al nacer con su memoria de Dios
y el origen de sus familias. son dos y sus serpientes ya vienen ocultas,
son inmediatas a una sonrisa, sin ropas, sin navajas.
son dos con bocas hacha, como ciudades
como una casa de todos; y, aunque sean en
el estómago de otros cuerpos, son la recompensa.
en ellos hay seres de luz, imperios de mares sinnúmero;
son juntos viviendo del rastreo cerril, de maretas asesinas,
de botellas, de vino, de un poco de langosta, de champán, de ascensores,
de teléfonos, de una multitud que brilla y se despierta en la madrugada.
son dos, y toda la noche se abre borracha frente a ellos.
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