NINFA MONASTERIOS/ ROSTROS DE LA POESÍA VENEZOLANA/ LA CASA QUE SOY
Distraida
la gente camina al son que otros imponen.
Resignada
cumple horarios que le roban la vida
Engañada
trabaja con la ilusión de hacerse rica
Timada
su riqueza va a parar a otros bolsillos
Alienada
compra y se endeuda, sin necesidad
Dominada
acepta la pobreza como algo natural
Castrada
justifica y defiende a quien le oprime.
Equivocada
sigue alimentando su propia esclavitud.
_____________Mis hijos
toman en sus manos, la harina del pan,
en sagrado encuentro con lo vital-humano.
Hacen la mezcla de los elementos todos:
harina-tierra, vida-agua, horno-fuego, reposo-viento.
Fragua de amor,
inspiración secular fluida en el tiempo.
Fogón de abuela
historia de leña y barro.
Mis hijos...
Pantera negra
Transita a la vera de las calzadas
Pantera negra
Pasos sigilosos, precavidos
De huella oscura
Historia de sangre, piel y tormento
Mirada altiva
Orgullo filoso en la mano bandera
Pecho expandido
Juntura de gritos, sudores y rabias
Dolor emotivo
Sueños firmes, colectivos, precisos
Herencia profunda
Renacer de luchas, cantos y arengas
De pueblo herido
Autoconsumo
El agobio del silencio en soledad,
hace brotar apetitos insospechados.
Desaparecen, en las fauces angustiadas:
uñas, trozos de piel, sueños congelados.
Las mariposas acumuladas en el estomago,
tras viejos enamoramientos,
sucumben bañadas en almíbar de caña,
seguidas de canapés de palabras ahumadas,
rollitos de ideas inconclusas
y pasteles de versos perdidos.
El festín autoengullidor continúa:
ensalada de pasos tristes a las finas hierbas
y escalopes de corazón partido,
marinado en lágrimas de luna.
Plato fuerte:
sueños a la vinagreta y promesas en escabeche,
con guarnición de olvidos al vapor, bañados en leche.
De postre:
Gelatina de humor vítreo
con isla flotante de miradas furtivas
y torta de soplos de vida,
adornada con besos volados
Para reforzar:
Consomé de alas desplumadas,
aderezado con trozos de horizontes perdidos.
Las amarguras, destiladas de las vísceras,
servirán para hacer una infusión reparadora.
El autoconsumo, ¿sana?
Desde la ventana
Transeúnte al igual que tanta gente,
a la caza de un asiento con ventana,
de un espacio en el autobús
que permita divisar a la ciudad en su locura.
Mujeres cansadas, agobiadas.
Hombres sudados, pensativos.
Todas y todos, esclavizados por la rutina.
Ir y venir de pasos en penitencia.
Veo nuestros zapatos,
algunos sucios, llenos de barro.
Otros lustrosos, como de estreno.
Y sin embargo, tan tristes todos.
También veo los rostros.
Algunos -los más- abotagados
Otros, maquillados para parecer que no
Pero todos, rostros asalariados.
Suben y bajan esperanzas y tristezas.
Entran y salen victorias y derrotas.
Todo cabe en ese laberinto con ruedas.
Todo sucede en sus entrañas.
Desde una ventana contigua
una mano lanza un papel al suelo.
Otra dice adiós a algún rostro conocido.
Las demás se sostienen, al borde del olvido.
Una y otra vez, se detiene el carromato.
Viaje intermitente, vacilante hacia el destino.
Un querer y no querer llegar al otro espacio de rutinas.
Paradas, viajantes, dinero, pasaje.
Mientras, la vida se hace larga, detenida.
Apretujado resabio de calamidades compartidas
Roces y contrarroces
Resuellos y despedidas,
¡En la parada por favor!
Ellas no vuelven. No.
Se convierten en lágrimas profundas
en rabia mal contenida
en junturas de dolor para el reclamo
en trazos rotos, de tinta insolente, sobre paredes blancas
Ellas no vuelven
Nos dejan un vacío insondable
un dolor, tallado a sangre y fuego
una tristeza, que no paraliza, impulsa
un mensaje de auxilio, por todas las demás
una denuncia contra un sistema, que nos mata, por mujeres
Ellas
Ellas, no vuelven.
***
Ninfa Monasterios/ Nace en Maracay, Aragua, Venezuela (1965) Ingeniera agrónoma (UCV) y especialista en trabajo social (UDO-Cuba) Escritora de poesía, cuentos y artículos de opinión. Tallerista y promotora cultural de la poesía. Ha publicado sus poemas en diversos espacios virtuales y en periódicos impresos. Ha participado en varias antologías y ha publicado un libro "Sin mayores pretensiones, como ramito de orégano en flor". Obtuvo el segundo lugar en el concurso Vida y poesía, del Ministerio del poder popular para el ecosocialismo (2022). Actualmente, prepara los materiales para dos textos propios y una antología. Es parte del equipo aragüeño de la Escuela Nacional de Poesía Juan Calzadilla
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